Este año, la Feria coincidió con Hanukkah. Hanukkah siempre ha sido una festividad alegre de autoafirmación y orgullo por el propio pueblo para la mayoría de los judíos modernos. Pero este año, la festividad fue ensombrecida por los terribles eventos del 7 de octubre, que privaron a muchos de paz y un sentido de alegría.

La atmósfera en la Feria de Aliá podría caracterizarse por dos palabras: solidaridad y compasión. La jefa del Departamento de Apoyo a la Repatriación, Marina Rosenberg-Koritnaya, compartió sus impresiones personales de la visita a los kibutzim quemados por terroristas de HAMAS en su discurso. También dio una evaluación crítica de la presión sin precedentes sobre Israel por parte de la ONU y el aumento del antisemitismo en las universidades de EE. UU. Todo esto sirvió como otro recordatorio de que la violencia y el odio han sido parte de la condición judía durante muchos siglos.

Si en el pasado el pueblo judío necesitaba su propio estado, ¡hoy el estado judío necesita a su pueblo!

La Feria de Aliá contó con la asistencia de más de 700 residentes judíos de Nueva York. Considerando que durante Hanukkah en Nueva York, se llevan a cabo hasta 40 eventos judíos simultáneamente, esto es un gran éxito. Entre los invitados de honor estuvieron la miembro del Consejo de la Ciudad de Nueva York Inna Vernikova, el ex miembro del consejo Ari Kogan, y los miembros de la Asamblea del Estado de Nueva York Mikhail Novakhov y Alex Brook-Krasny.

La feria presentó alrededor de quince pabellones que representaban varios programas y proyectos para futuros repatriados, incluyendo Nefesh B’Nefesh, MASA, la Universidad de Haifa, y otros.

[Se muestran imágenes del evento.]