Sucot: simbolismo festivo de las cuatro plantas
Sucot — uno de los festivales judíos más coloridos — lleva una tradición única relacionada con cuatro plantas, conocidas como «arbaa minim». Estas plantas deben ser las mejores y sin defectos: 1 etrog, 1 lulav (rama de palma), 3 ramas de mirto (hadas) y 2 ramas de sauce (aravá). Sobre ellos se pronuncia una bendición especial.
El etrog, un tipo de cítrico, se parece a un limón alargado. Además de su hermosa forma, el etrog tiene un aroma tan fuerte que incluso el tronco del árbol del que crecen los frutos huele. Es importante que el fruto no sea redondo — tal etrog no se considera adecuado.
La palmera datilera también produce frutos, pero no tienen aroma. De ella se toma el lulav — una rama de palma joven, aún no abierta.
El mirto, que se llama «árbol de hoja densa», tiene un aroma fuerte, pero no produce frutos. El sauce, por otro lado, no tiene ni frutos ni aroma.
Los sabios judíos enseñan que cada una de estas plantas simboliza un cierto sector del pueblo judío. Algunos tienen dos virtudes — tanto sabor como aroma — y esto es el etrog, que representa a aquellos que combinan el conocimiento de la Torá y la observancia de los mandamientos.
Hay quienes tienen conocimientos limitados, pero cumplen fervientemente los mandamientos — son como el lulav.
Otros enseñan la Torá a otros, pero ellos mismos no cumplen sus mandamientos — son simbolizados por el mirto.
Y, finalmente, hay judíos, como el sauce: no estudian la Torá ni cumplen los mandamientos.
Sin embargo, todos ellos deben estar unidos y complementarse entre sí. En el judaísmo, es costumbre atar estas cuatro especies juntas, no solo para educar a los judíos en la base de la Torá y los mandamientos, sino también para darles un sentido de unidad.