• Carmel Gat (40 años, de kibutz Beeri)
• Almog Sarusi (26 años, de Raanana)
• Ori Danino (24 años, de Jerusalén)
• Hersh Goldberg-Polin (23 años, de Jerusalén, ciudadano de Israel y EE.UU.)
• Eden Yerushalmi (24 años, de Tel Aviv)
• Alexander Lobanov (32 años, de Ashkelon, ciudadano de Israel y Rusia)

Estas personas, cuyas vidas fueron cruelmente interrumpidas, encarnan el dolor y la pérdida que el terrorismo trae al pueblo de Israel. Sus cuerpos fueron encontrados el sábado 31 de agosto, en uno de los túneles de HAMAS bajo Rafah, una ciudad en el sur del sector de Gaza en la frontera con Egipto.

Según la autopsia realizada en el Instituto de Medicina Forense la mañana del 1 de septiembre, los rehenes fueron asesinados con varios disparos a quemarropa. El momento de la muerte se determinó en el período de 72 a 48 horas antes de la autopsia, es decir, el jueves o la noche del viernes. Esta terrible verdad recuerda una vez más que el terrorismo priva de la vida a personas inocentes, dejando solo dolor y vacío.

Los cuerpos de los fallecidos ahora han sido devueltos a sus familias, para que puedan ser llorados y enterrados con los honores que merecen. Pero esta pérdida no es solo para sus seres queridos y cercanos, sino para todo el pueblo de Israel.