Golpe preventivo contra Irán
El 12 de junio de 2025, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) reconoció oficialmente que Irán no está cumpliendo con sus compromisos bajo el régimen de no proliferación de armas nucleares. La resolución adoptada enfatiza que Teherán continúa restringiendo las inspecciones, no proporciona explicaciones sobre los rastros de uranio encontrados en instalaciones cerradas y está aumentando el enriquecimiento a niveles cercanos a los militares.

Ante la creciente amenaza del proyecto nuclear iraní, Israel llevó a cabo un amplio ataque preventivo, cubriendo el territorio de toda la República Islámica.
Cronología del ataque israelí
En la noche del 13 de junio, la Fuerza Aérea de Israel lanzó un masivo ataque aéreo contra objetivos clave de la infraestructura militar iraní. Los objetivos incluyeron almacenes de misiles balísticos, centros de desarrollo de tecnología nuclear, posiciones de defensa aérea, así como convoyes que transportaban armamento estratégico.
Simultáneamente con la aviación, se activó una red de sistemas de combate secretos, previamente desplegados dentro de Irán como parte de una operación secreta llevada a cabo por el Mossad durante los últimos meses.
Red operativa del Mossad: tres fases de la guerra encubierta
El ataque fue posible gracias a un profundo trabajo de inteligencia, que permitió identificar con precisión la ubicación tanto de los principales especialistas iraníes como de los objetivos militares. A continuación, se llevaron a cabo tres operaciones paralelas:
1. Sabotaje de la defensa aérea desde el suelo: lanzadores móviles del Mossad
Grupos de comando del Mossad en la parte central de Irán desplegaron armamento guiado de alta precisión cerca de los sistemas de misiles antiaéreos iraníes. Con el inicio del ataque, los misiles fueron lanzados sincrónicamente desde posiciones dentro del país, destruyendo elementos clave de la defensa aérea. Esto proporcionó un paso seguro para los aviones israelíes hacia el interior del territorio iraní.
2. Ataques a la defensa aérea desde plataformas móviles
La segunda operación incluyó sistemas de ataque y tecnologías modernas, camuflados como vehículos civiles. En el momento del inicio del ataque, estos sistemas fueron puestos en estado de combate y destruyeron las instalaciones móviles de defensa aérea iraní, que operaban fuera del sistema de defensa estacionario.
3. Ataque de drones a misiles balísticos
El elemento clave de la operación fue el uso de drones, previamente infiltrados en el territorio iraní. Una base secreta de drones, ubicada cerca de Teherán, fue activada en el momento crítico. Los drones destruyeron las plataformas de lanzamiento de misiles balísticos, potencialmente capaces de alcanzar el territorio de Israel.
Análisis: demostración de capacidades y señal a Teherán
La operación no solo fue una respuesta al fracaso de la diplomacia, registrado en el informe de la AIEA, sino también una señal a los actores regionales y globales: Israel está preparado para actuar de manera independiente y preventiva en caso de una amenaza a su existencia.
Israel demuestra que sus capacidades para llevar a cabo una guerra híbrida incluyen la combinación de ciberataques, operaciones secretas, ataques autónomos y una campaña aérea abierta. Por primera vez, un sistema tan amplio fue desplegado sincrónicamente en varios niveles.
Entre los objetivos no solo se encontraban instalaciones de infraestructura militar, sino también altos representantes de la élite militar iraní y del programa nuclear, lo que también indica el carácter dirigido del ataque y el énfasis en prevenir una futura escalada.
Reacción internacional
La comunidad internacional expresó su preocupación por el desarrollo del conflicto. Sin embargo, la resolución de la AIEA sirve como un fondo legal y moral para las acciones de Israel. Reconociendo el fracaso de los esfuerzos diplomáticos, muchos países occidentales se abstienen de críticas severas, limitándose a llamados a la desescalada.