«Dror-1» en el espacio: Israel lanzó su primer satélite de comunicaciones nacional
Temprano en la mañana del 13 de julio, desde el cosmódromo en Cabo Cañaveral, Florida, fue lanzado al espacio el satélite de comunicaciones israelí «Dror-1» — el primer satélite de telecomunicaciones completamente nacional en la historia del Estado de Israel. El lanzamiento fue realizado por la compañía SpaceX con un cohete Falcon 9. El costo del proyecto fue de aproximadamente 200 millones de dólares.

Esto no es solo un logro tecnológico, sino un paso estratégico hacia la completa independencia en el ámbito de las comunicaciones espaciales. Hasta este momento, Israel alquilaba recursos de operadores comerciales extranjeros. Ahora, el país ha obtenido su propio satélite, completamente desarrollado y construido en territorio israelí, — y, lo más importante, un sistema de comunicaciones bajo su control.
El aparato pesa 4,5 toneladas, y el alcance de sus paneles solares es de 18 metros. Estará situado en una órbita geoestacionaria a una altura de 36 mil kilómetros — esto garantizará una comunicación estable con el área de cobertura designada. La vida útil del satélite está calculada en 15 años.
El desarrollo fue llevado a cabo por la empresa estatal «Industria Aeronáutica de Israel» (IAI), y casi todas las tecnologías, incluida la avanzada carga útil digital, son israelíes. El director general de IAI, Boaz Levi, llamó al satélite «un smartphone en el espacio» — tan flexible y moderna es su arquitectura.
Uno de los impulsos para la realización del proyecto fueron las lecciones aprendidas durante la reciente guerra de 12 días con Irán. En ese entonces, las FDI utilizaron drones y otras plataformas a distancias de hasta 2000 kilómetros de las fronteras israelíes — pero había una grave falta de comunicación estable. «Dror-1» debería cerrar esta brecha.
De «Ofek» a «Dror»
El programa espacial de Israel comenzó en 1988 con el lanzamiento del satélite «Ofek-1», haciendo de Israel el octavo país en el mundo capaz de lanzar satélites al espacio por sí mismo. Desde entonces, el país ha desarrollado un poderoso sistema de satélites de observación e inteligencia, pero el segmento de comunicaciones seguía dependiendo de actores externos. «Dror-1» cambia esto.
Esto no es solo sobre seguridad. Es sobre independencia, tecnología y fe en nuestras propias capacidades. La bandera israelí en el espacio no es una novedad. Pero ahora, junto a ella, hay un satélite propio y un sistema de comunicaciones espaciales.