Dos de los muchos hechos sobre Siria que ignora la ONU
La ONU, bajo la dirección de António Guterres, finalmente ha establecido sus prioridades: a juzgar por el número de resoluciones antiisraelíes, Israel ha sido declarado el principal mal en el planeta, HAMAS no son terroristas, sino un «movimiento político», y Jerusalén, incluyendo el Muro de los Lamentos, supuestamente no tiene ninguna relación con el pueblo judío. Esta lista podría continuar.
En cambio, cuando se trata de dictadores que han oprimido a sus pueblos durante décadas y han exterminado a los disidentes sin juicio ni investigación, la ONU prefiere guardar silencio.
Siria. La caída del régimen de Bashar Al-Assad reveló los horrendos crímenes que han tenido lugar en ese país. El mundo quedó conmocionado por las fotografías y videos de la prisión de Saydnaya, que se convirtió en un símbolo de la crueldad de las autoridades sirias.
Presentamos solo dos hechos que ilustran esta realidad.
- Nazis al servicio de Siria
Siria es uno de los pocos países que no solo ha acogido a criminales nazis, sino que también los ha empleado en el servicio estatal. Durante décadas, han asesorado y entrenado a los servicios especiales sirios. El más famoso de ellos es el ex Hauptsturmführer de las SS Alois Brunner, uno de los colaboradores más cercanos de Adolf Eichmann, responsable del exterminio de seis millones de judíos. - Siria como narcoestado
El régimen de Assad ha convertido a Siria en el mayor productor del narcótico sintético captagon, conocido como «la cocaína de los pobres» o «la droga del yihad». La producción de esta droga se llevó a cabo en instalaciones controladas por la familia Assad. Captagon también fue encontrado entre los terroristas de HAMAS que participaron en las atrocidades del 7 de octubre. Según los expertos, Siria es un estado clave en la producción y exportación de esta sustancia.
Sin embargo, ninguna de estas cuestiones ha captado la atención de la ONU.
Conclusión
Esta ceguera selectiva de la organización internacional plantea serias preguntas sobre su objetividad y posición moral. La ONU, creada para mantener la justicia y la seguridad en el mundo, con su silencio solo agrava el sufrimiento de los pueblos y permite que las dictaduras continúen sus crímenes sin castigo. ¿No es hora de reconsiderar esta política de dobles estándares?