100 rabinos dan la voz de alarma: Europa al borde de una salida judía
Más de cien rabinos de diferentes rincones de Europa han firmado una advertencia colectiva a la dirección de la Unión Europea. Su mensaje es duro y directo: los judíos se sienten indefensos, y la salida de Europa ya no es un escenario abstracto. «Ya no es una fantasía», escriben.

La carta está dirigida a los presidentes de la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo, quienes definen la política del continente. Los rabinos hablan de que después del 7 de octubre de 2023, el antisemitismo ha alcanzado dimensiones que Europa no había visto en décadas. En las familias judías, cada vez es más común escuchar la misma pregunta: «¿Tenemos un futuro aquí?»
Por ahora, la respuesta es solo palabras. Declaraciones de solidaridad, condenas rutinarias de incidentes. Pero los rabinos son extremadamente francos: esto ya no es suficiente.
Describen la vida bajo presión. Los ataques y amenazas se han convertido en parte de la rutina diaria. Las sinagogas operan bajo estricta seguridad. Las escuelas judías existen en un ambiente de constante vigilancia. Lo que hasta hace poco parecía una posibilidad teórica, la salida masiva de judíos de Europa, hoy se está convirtiendo en una cuestión práctica de planificación.
Stra Marina Rozenberg-Koritny, Presidente del Departamento de Promoción de Aliá de OSM, no suaviza sus palabras:
«El llamado de los rabinos es un SOS. Y sin exagerar: los judíos europeos se sienten abandonados. No podemos cerrar los ojos, si los líderes europeos no toman medidas reales, no solo declarativas, la salida se convertirá en un hecho. Para Israel, esto significa una responsabilidad directa: estar listos para recibir a los nuevos repatriados, ayudarles a adaptarse, apoyarlos, tanto moral como prácticamente. Ignorar esta señal de alarma es imposible».
La historia conoce ejemplos en los que tales advertencias fueron ignoradas. Hoy, Europa se enfrenta a una elección: tomar medidas que realmente protejan a las comunidades judías o ser testigo de su partida.
La pregunta ya no es si la salida es posible. La pregunta es cuánto tiempo queda para prevenirla. Y para aquellos que decidan que no pueden esperar más, en Israel ya se extiende una mano, como a aquellos que regresan a casa.