Antisemitismo sin máscaras: crónica de una nueva era
Cada día, la crónica de incidentes antisemitas se llena con nuevas páginas.

En Melbourne, una sinagoga fue incendiada mientras veinte personas rezaban en su interior. Esto no es un grafiti en la pared, ni una amenaza anónima en internet. Es fuego, lanzado a una casa con gente dentro.
En el Reino Unido, estrellas de la escena musical — Massive Attack, Brian Eno, Garbage, Kneecap, Fontaines D.C. — se unieron en lo que llaman el «Sindicato Ético de Palestina». Su objetivo no se oculta: la delegitimación de Israel. Los llamados a la destrucción del estado judío ahora no solo provienen de terroristas, sino también de los escenarios de festivales europeos, bajo los aplausos de una audiencia «progresista».
En la isla griega de Rodas, adolescentes israelíes fueron atacados por participantes de una acción antiisraelí, armados con palos y cuchillos. Las palabras de odio se convirtieron en violencia física.
Pero el caso en Valencia (España) traspasa todos los límites imaginables. Aquí, los agresores no fueron marginados ni celebridades embriagadas por su propia «progresividad». Aquí actuó el estado.
Cincuenta niños judíos de Francia, de 13 a 15 años, fueron bajados de un vuelo de la aerolínea Vueling en el aeropuerto de Valencia. ¿Su «culpa»? Cantaban en hebreo. La tripulación lo llamó «ruido», y luego acusó a los niños de pertenecer a un «estado terrorista».
Los oficiales que llegaron expulsaron a los niños del avión, y a una acompañante de 21 años la tiraron al suelo y la esposaron. Solo la liberaron después de que firmara un compromiso de no publicar videos del incidente. La policía exigía a los niños entregar sus teléfonos, prohibiéndoles grabar. ¿Qué era lo que tan desesperadamente intentaban ocultar?
No hay comentarios de la aerolínea Vueling. No hay disculpas de la policía española. No hay reacción de las autoridades locales y centrales. Su silencio es equivalente a complicidad.
Los empleados de Vueling y la policía, al parecer, se regodeaban con la oportunidad de mostrar a los niños judíos «su lugar». Esto recuerda otro caso en los Países Bajos, donde la policía se negó a proteger instalaciones judías por «razones morales», encontrando «comprensión en la dirección». La policía española fue más allá: no solo se negó a proteger, sino que se convirtió en una amenaza.
¿Qué será mañana? ¿Detenciones por los sonidos del shofar? ¿Arrestos por llevar la estrella de David al cuello?
Nos enfrentamos a una cruel realidad: el antisemitismo europeo ya no se esconde en las sombras, actúa sin miramientos.
El Gran Rabino de la Gran Sinagoga de París dijo recientemente: «Hoy está claro que los judíos en Francia no tienen futuro. Aconsejo a cada joven irse a Israel o a un país más seguro».
Sus palabras no son pánico, sino una evaluación sobria de la realidad. Israel sigue siendo el único lugar en la tierra donde un judío no es un objetivo, no un símbolo para el odio ajeno, no una excusa para la «indignación moral». Simplemente una persona en su hogar.
P.D.: Ahora, cuando el video del incidente de detención se ha difundido ampliamente en las redes sociales y ha recibido mucha publicidad, la dirección de la aerolínea intenta demostrar que el incidente no tuvo un trasfondo antisemita.
Marina Rozenberg-Koritny, jefa del Departamento de Promoción de Aliá de la Organización Sionista Mundial.